Let’s make America racist again
“Nunca estaremos satisfechos mientras a
nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad con carteles que
rezan: 'Solamente para blancos'.”
Martin Luther King, Jr.
Martin Luther King, Jr.
Por: Rubí Véliz Catalán
Cuando el líder protestante afroamericano Martin Luther King, Jr. pronunció el histórico y emotivo discurso “Yo tengo un sueño”, el 28 de agosto de 1963, en donde detractó el racismo y abogó por los derechos civiles de la población negra, la tormenta parecía calmarse. La segregación había perdido la batalla porque los sueños de Luther King fueron legítimos. Pero lejos estaba el tiempo de cruzar sus líneas caprichosas con una situación corregida y aumentada por las migraciones masivas y el subdesarrollo.
Let’s make America great again fue el lema proselitista del ex presidente Reagan, mismo que le valió la presidencia de los Estados Unidos de 1981 a 1989. Cincuenta y cuatro años fueron suficientes para que un personaje salido de las alcantarillas del negocio de los bienes raíces, los concursos de belleza y un reality show retomara las palabras de Reagan para recolocar el racismo en la mente de la ciudadanía norteamericana.
Let’s make America great again fue el lema proselitista del ex presidente Reagan, mismo que le valió la presidencia de los Estados Unidos de 1981 a 1989. Cincuenta y cuatro años fueron suficientes para que un personaje salido de las alcantarillas del negocio de los bienes raíces, los concursos de belleza y un reality show retomara las palabras de Reagan para recolocar el racismo en la mente de la ciudadanía norteamericana.
Hoy asume la presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, y sus políticas migratorias (racistas) se nos vienen encima, y debemos de asumir la consciencia más allá del golpe que esto implica para nuestros bolsillos. Personalmente no tengo familiares que persiguieran alguna vez el american dream; mi experiencia es la del que se queda, no la del que se va. Es la de una mujer joven que compra baratijas en las calles a personas rebotadas desde la frontera, es la de la niña que vio partir amigos al otro lado, y los vio regresar como desconocidos derrotados, es la de la novia que se quedó esperando.
Comentarios
Publicar un comentario